Aventura de ser Maestro

Desde que inicie en el Bachillerato como docente, debo aceptar que han sido innumerables las pruebas de ensayo y error a las que me he sometido, tratando de encontrar el mejor camino en la obtención del conocimiento.
Con gusto menciono que me divierte mucho estar frente al grupo, que en las primeras ocasiones el nerviosismo si me ganó, pero lo tomé como algo natural, del cual tenía mucho que aprender, cada vez fui realizando cambios y actividades que permitieron que la confianza fluyera en mi, hasta sentirme libre en el aula, o valga la expresión, “como pez en el agua”.
Actualmente si lo siento así, y valoro mucho lo que hago, tal vez por eso lo hago con mucho sentimiento, y me ha funcionado hasta ahorita. Me divierto con los alumnos son ejemplos cotidianos, o bien haciendo historias que permitan una mejor comprensión del tema.
Me identifico mucho con la frase hacer pensar y sentir, definitivamente es algo que va de la mano, para que se produzca el aprendizaje tienes que poner algo de sentimiento para que sea apetecible, el sensibilizar a loa alumnos es algo que la verdad disfruto mucho, y cada que puedo lo realizo con buenos resultados.
Otra de las cosas que me llama mucho la atención es lo que se comenta respecto al valor humano del conocimiento, esto si me llego, el ser maestros de humanidad. El crear inquietudes o curiosidad por el tema, es algo que despierta en ellos los deseos de obtener sabiduría. Ser innovadores en las estrategias psicopedagógicas, es de suma importancia para avanzar al ritmo de la sociedad.
Por otro lado la Identidad profesional es primordial para poder desarrollarnos como buenos docentes, es algo que nadie nos enseña y tampoco nos dicen como forjarla, que solo a prueba y error es que iremos formando nuestra propia identidad.
Claro esta que hemos tenido la fortuna de tener maestros ejemplares, y que es de los cuales debemos de rescatar todos los aciertos y aprender demasiado de los errores, (que no los considero fracasos, si no enseñanzas), para ir creando o adoptando ciertas cualidades que consideramos son criticas en el actuar docente.
Aun así, una vez adoptadas, tendremos que ponerlas en práctica y tal vez no funcionen de la mejor manera y habrá que adecuarlas, por eso formar nuestra propia y exclusiva identidad profesional es crucial en el desempeño docente.
También debemos de centrarnos o enfocarnos en los conocimientos que vamos transmitir, ya que tenemos que hacer a un lado nuestro comportamiento universitario, de investigadores para adaptar los contenidos temáticos a nuestro quehacer docente y poder comunicarnos adecuadamente con los alumnos, siendo buenos interlocutores.
La disciplina debe ser un pilar en nuestra actitud y como menciona en la reseña Marta Liuis Cladera, tenemos que hacernos a la idea de que los alumnos no son enemigos de los que nos tenemos que defender.

Malas coincidencias
Coincido con la expresión que hace referencia a lo siguiente, “Para enseñar una asignatura lo único importante es dominar su contenido”, lo pensé así hasta el año pasado, y me creía lo suficientemente capaz para participar en una asignatura.
Mas sin embargo, con el paso del tiempo me he convencido de que si queremos ser buenos docentes tenemos por fuerza que atender otras aéreas de la pedagogía para alcanzar el objetivo del desarrollo del conocimiento, de lo contrario estamos destinado a pasar inadvertidos, como docentes fantasma.

Por otro lado todos en este planeta somos iguales, pero tenemos distintas capacidades para afrontar las situaciones, así que adaptarnos al nivel de los alumnos, sin dejar a un lado un alto nivel de compromiso y exigencia, que establezca un nexo cercano que permita respirar el sentir del alumnado con su maestro, para lograr despertar la inquietud por el conocimiento.
Finalmente, estoy muy orgulloso de ser docente y más aun de formar parte de los pilares de formación personal y profesional de los alumnos, con los cuales me involucro de manera positiva para poder contribuir en el desarrollo de un nutrido grupo de alumnos.